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1/04/2009

¿Qué hizo Lugo hasta ahora por los niños de la calle?

El mundo desde aqui



El presidente Lugo emitió su mensaje de Navidad rodeado de niños bien alimentados y bien vestidos en un escenario montado ex profeso.

No es nuevo en política servirse de niños para proyectar una cierta imagen sensiblera, pero se esperaba de Lugo que pudiera resistir a la tentación de utilizar también esos recursos baratos. De cualquier manera, entre los que posaron para la foto del acto presidencial aparentemente no se veían representantes de ese sector tan urgido de nuestra sociedad: los niños de la calle.

Lugo incluyó entre sus promesas “la ocupación personal de vuestro Presidente” sobre ese problema, sin que hasta el momento se sepa que los organismos oficiales encargados de la materia hubieran estado desarrollando algún plan de emergencia para encarar la grave situación. El presidente Fernando Lugo emitió su mensaje de Navidad rodeado de niños, en un escenario montado ex profeso. No es nuevo en política servirse de niños para proyectar una cierta imagen sensiblera, pero se esperaba de Lugo que pudiera resistir a la tentación de utilizar también esos recursos baratos, así como la celebración tradicional del cristianismo, simbólicamente vinculada a la familia y a la paz, para tal objetivo.

De cualquier manera, entre los que posaron para la foto del acto presidencial aparentemente no se veían representantes de ese sector tan urgido de nuestra sociedad: los niños de la calle. Es oportuna, pues, la ocasión para recordar que en su primer día como jefe de Estado Fernando Lugo se acordó de ellos, expresando que “hoy, cuando este hombre de fe y este laico comprometido con su tiempo atravesaba la ciudad ha visto una vez más lo que nos llena de pena y de vergüenza: los niños de la calle”. Y se comprometía afirmando que, “al igual que con la causa de los indígenas, los niños en situación de miseria tendrán, a más de las instituciones asignadas, la ocupación personal de vuestro Presidente”.

Aclaraba, no obstante, que “no es prudente ni serio anunciar tiempos para esa forma de inequidad que se vale de la luz roja de peligro para encontrar las dos monedas del día”. Hay que coincidir en que fijar un término para resolver el gravísimo problema de la niñez desvalida sería un desatino; pero alguna pista habría que tener, siquiera para dar la impresión de que el Gobierno tiene realmente alguna idea respecto a las soluciones posibles, no importa cuánto tiempo lleve alcanzarlas.

Si al Gobierno en verdad le hubieran preocupado los niños de la calle, desde aquel primer día de ejercicio del poder –que ya lleva casi cinco meses– los organismos oficiales pertinentes hubieran estado desarrollando algún plan de emergencia para encarar tan grave situación. Ni siquiera, al parecer, se conformó alguna famosa comisión, que es como invariablemente comienzan a considerarse los proyectos burocráticos, aunque nunca lleguen a nada.

El presidente Lugo sabe –como todos los que habitamos este país– que hay centenares de esos desnutridos chicos y chicas que están siendo explotados por adultos inescrupulosos; que cada vez proliferan más en las esquinas transitadas del área metropolitana de Asunción y en las demás ciudades mayores, padeciendo bajo el sol ardiente y envenenándose con humo tóxico de los vehículos, aprendiendo a ser delincuentes, corriendo toda clase de peligros.

Lo cierto es que si los gobernantes colorados pasaron durante años por esas esquinas, mirando a los niños mendigos desde detrás de los parabrisas de sus lujosos vehículos, los altos funcionarios del gobierno de Fernando Lugo hasta este momento no consiguieron dar la impresión de que son diferentes, aunque tal vez lo sean. No dudamos de que a Fernando Lugo y a sus colaboradores –como a todos– les ha de conmover el triste espectáculo ofrecido por los niños de la calle, los indígenas convertidos en pordioseros y otros desheredados de la fortuna. Sin embargo, en estas personas del Gobierno los meros sentimientos no son suficientes para exculparlos en este caso porque tienen en sus manos los resortes para cambiar la situación, o aunque sea para intentarlo.

Lo que el Presidente de la República debería preguntarse en estos días de Navidad y de fiestas de fin de año es: ¿Qué hacen la Secretaría de Acción Social (SAS) y otros promocionados organismos del Gobierno en beneficio de ellos? O, ¿en qué se gasta el dinero del Estado destinado en los presupuestos a supuestamente encarar este déficit social? ¿Cómo comenzar HOY mismo con la tarea? Y también cabe que el Gobierno comience a investigar a las muchas organizaciones no gubernamentales que piden y recaudan dinero de organismos extranjeros para supuestamente cooperar en la lucha contra estos males. Porque, ¿quién les hace rendir cuentas actualmente?

Estas organizaciones no pueden escudarse en su carácter de sociedades privadas para no tener que informar públicamente acerca de sus actividades, porque si invocan problemas sociales y consiguen dinero bajo el compromiso de ayudar a resolverlos, sus informes y explicaciones públicas adquieren carácter obligatorio, ética y jurídicamente. Deben reportarse a esa sociedad de la cual obtienen su razón de existir. Todo esto hace pensar a los más maliciosos que mantener en la miseria y en la necesidad a los niños de la calle, a los indígenas, a los enfermos pobres, es una estrategia para continuar obteniendo recursos de fondos extranjeros.

No serán todos así, desde luego, porque es difícil creer que tan repugnante cinismo domine en todas esas oficinas públicas y organizaciones privadas; pero algo de eso ha de haber, de lo contrario no tiene explicación el que transcurra tanto tiempo sin que los gobiernos que se suceden logren exhibir algún avance, alguna carta de triunfo, algo que dé al menos la esperanza de que, aunque sea lentamente, tales problemas irán resolviéndose.

Lo descorazonador es que todavía sigamos escuchando discursos hipócritas al estilo colorado sobre situaciones de extrema miseria; o presenciando actitudes –como la foto del presidente Lugo– que aparentan responder a los sentimientos de políticos conmovidos frente a los dramas sociales que se dan en nuestro país y que se observan en sus calles. Esperemos que en la Navidad del año 2009, dentro de un año, Fernando Lugo, además de simplemente prometer que tales problemas recibirán “la ocupación personal de vuestro Presidente”, pueda exhibir la solución que les dio a los niños de la calle, que cada vez proliferan más en las esquinas pidiendo limosna

1 comentario:

LAW dijo...

IZQUIERDA GESTADA EN LA EMBAJADA NORTEAMERICANA

La totalidad los integrantes del gabinete del obispo Fernando Lugo provienen del sector de las ONGs financiadas por la embajada norteamericana. Se cuentan entre ellos a Gloria Rubín (referente en Paraguay del NED y la CIA), Camilo Soares (beneficiario de fondos de IAF y NED, favorecido del gobierno de George W. Bush) Rafael Filizzola (signatario de acuerdos con Alvaro Uribe a instancias de la ex operadora del plan Colombia Liliana Ayalde), Karina Rodríguez (de la Casa de la Juventud, que recibió 127 mil dólares de la Inter American Foundation), Liz Torres (referente de las logias de ONGs dependientes de la embajada norteamericana), Esperanza Martínez (del movimiento Tekojojá, financiado por USAID, hoy envuelto en escándalo por corrupción), Canciller Hamed Franco (del Pmas, un movimiento financiado por James Cason), el Vice-canciller Jorge Lara Castro (recibe dólares de la embajada a través de la ONG fantasma Alter Vida), Ministro de Defensa General Bareiro Spaini (hombre de la embajada norteamericana, educado en las escuelas de golpistas de Estados Unidos) o el ministro de Hacienda Dionisio Borda, antiguo responsable de las finanzas de los gobiernos corruptos y agente de la embajada norteamericana y del FMI.
Asimismo, Fernando Lugo ha anunciado que se mantendrá la política de sometimiento al imperio nortemericano en Paraguay, y se desconoce lo tratado por Lugo en New York con referentes de la mafia ítalo-norteamericana como John Tonelli, o con el heredero del imperio petrolero que en la década de 1930 llevó a la matanza a cien mil bolivianos y paraguayos, David Rockefeller. Lo único cierto es que ofició de guía turístico en la gran manzana Conrado Pappalardo, un personaje conocido por haber operado para el Plan Cóndor y haber proveído pasaportes para el asesinato en Washington de Orlando Letelier.
Otros cónclaves nunca aclarados por parte del obispo fueron sus reuniones con James Cason y Roger Noriega, pocos segundos después que Aleida Guevara March, hija del Che Guevara, haya abandonado la misma oficina por la misma puerta por la que entraron estos grandes amigos de Cuba y los hermanos Castro.
No se sabe el motivo de las visitas de Christopher McMuller, subsecretario norteamericano de Asuntos del Hemisferio Occidental, al viceministro de Relaciones Exteriores paraguayo, Jorge Lara Castro, un viejo favorecido de la embajada norteamericana de Asunción.